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BRUTAL REPRESIÓN CONTRA LOS TRABAJADORES DEL CASINO

En la noche de ayer cientos de trabajadores huelguistas del Casino fueron desalojados de su acampe por una brutal y salvaje represión de la Prefectura. Más de 11 compañeros detenidos y decenas de heridos es el resultado de este brutal ataque de la Prefectura de Kirchner.
Parece mentira que aún haya incautos que se pregunten “¿Quién dio la orden?” de semejante represión y ataque contra los trabajadores que sólo reclaman el derecho a trabajar y la reincorporación de sus despedidos, en condiciones elementales de seguridad, después de que la patota armada del SOMU pagada por la patronal, ocupara las instalaciones del Casino.

Una verdadera encerrona contra los trabajadores

Seamos claros: la patronal tiene un plan y actúa en consecuencia para derrotar a los trabajadores. Durante 18 días, se les hizo creer a los huelguistas que la solución estaba en presionar al ministro de trabajo y a los jueces “democráticos” como la Servini de Cubría. Supuestamente, ellos fallarían a favor de los trabajadores, porque sería la patronal la que estaría “fuera de la ley”.
La patronal, el gobierno, sus ministros y jueces les tendieron una trampa, una verdadera encerrona a los trabajadores del Casino: les hicieron el cuento del policía “bueno” y el “malo”. Así, Tomada y los jueces posaban de “policías buenos” prometiendo, durante 18 días, fallos, reuniones y actas, para ir dejando aislados a los trabajadores del Casino y luego, en el momento oportuno, descargar todo el peso de la represión, como hicieron anoche.
¡Basta de engañar a los trabajadores! ¡BASTA! Tomada es el gerente general de recursos humanos de todas las empresas de la Argentina. La justicia está hecha sólo para defender la propiedad privada de los patrones. Estos son los hechos, esta es la verdad que, lamentablemente, hoy pagan, con golpes, presos y represión, los trabajadores del Casino.
¿De qué “justicia” nos hablan, cuando una banda de pistoleros del SOMU ocupa el Casino por orden de la patronal, para que les defienda sus intereses? ¿De qué “justicia” nos hablan, cuando la patronal despidió a más de 80 trabajadores, y luego, con el lock out, terminó por despedir a los 1500, dejándolos en la calle?
Estos son los hechos. ¡Basta de engañar a los trabajadores! La Prefectura no es más que el otro brazo armado de la patronal, que les rompe la cabeza a los obreros mientras los jueces supuestamente “democráticos” y el ministerio de trabajo los entretienen en decenas de reuniones, con promesas falsas y papelitos sin valor.
Se les hizo creer a los trabajadores que Amoroso, el hombre del gorila Macri, iba a encabezar esta lucha. ¿Dónde estaba Amoroso cuando los palos les rompían la cabeza a los trabajadores del Casino? Estaba en el Teatro Premier, en un plenario nacional de burócratas sindicales encabezado por Barrionuevo, disputándole a Moyano la dirección de esa cueva de pistoleros que es la cúpula de la CGT, como anuncia hoy Clarín en su página 4. Por eso, desde Democracia Obrera, afirmamos que Amoroso es un pistolero más de la burocracia sindical, que coordina con la Prefectura y con los matones del SOMU, con la patronal del Casino, con Tomada y la justicia, para derrotar a los huelguistas del Casino.
A los trabajadores del Casino los entretuvieron también con los diputados “disidentes” del ARI. Y ayer, ¿dónde estaban esos diputados que tienen inmunidad parlamentaria y podrían usarla para impedir la represión a los trabajadores?
¡Basta, compañeros! No se puede hacer pasar a los enemigos de los trabajadores como sus aliados, a sus verdugos, como amigos. LA LIBERACIÓN DE LOS TRABAJADORES SERÁ OBRA DE LOS TRABAJADORES MISMOS.
La lucha de los trabajadores del Casino y su demanda de un convenio de trabajo justo, enfrenta no sólo a la patota del SOMU, sino a Amoroso y a toda la burocracia de ALEARA y también al plan del conjunto del la patronal argentina, de su gobierno y del pacto social infame con la burocracia sindical, que busca imponer tarifazos como los que ya se anunciaron, profundizar la esclavitud obrera y preparar nuevas paritarias de hambre para hundir aún más el salario obrero.
Entonces, “¿quién dio la orden?”: todos los interesados en derrotar a los trabajadores, o sea, el gobierno, la patronal, Tomada, los jueces, la patota del SOMU… y Amoroso.

No podemos seguir peleando divididos.
Los únicos aliados de los trabajadores, son los trabajadores mismos

Las condiciones para que llegara la orden de atacar y reprimir, surgieron del brutal aislamiento en el que quedaron los trabajadores del Casino. Ahora se derramarán lágrimas de cocodrilo, como hace ese canalla de Aníbal Fernández -que es, junto con Tomada, el comandante de los pistoleros de la burocracia sindical- saliendo a decir que él “no dio la orden de reprimir”. Y si él no dio la orden, entonces, ¿por qué no impidió la represión?
Aislados también quedaron los obreros del SOIP de Mar del Plata que el 30 de octubre habían hecho un llamado a poner en pie un Comité de Lucha nacional, a coordinar a todos los que estaban luchando y enfrentando a los traidores de la burocracia sindical. No fueron escuchados. Ellos también quedaron aislados. Tomada, el gerente de recursos humanos de todos los patrones, también les dio un papelito sin valor, con la promesa de que antes del 13 de diciembre se reuniría con las cámaras empresarias – es decir, con los mismos patrones que durante años han tenido 20. 000 obreros esclavos en negro en las plantas procesadoras de pescado en Mar del Plata- para decirles que blanqueen a los trabajadores.
Y mientras Tomada engañaba con promesas falsas y papeles que se lleva el viento, la policía y la gendarmería tomaban el sindicato que había sido recuperado por sus legítimos dueños, los obreros, y volvían a reinstalar a la traidora burocracia sindical de Salas y Verón que los fileteros habían echado meses atrás. Después de eso, la patronal recibió en las plantas a los obreros del pescado, rodeada de guardias de seguridad armadas y con la aplicación del convenio Pymes que redobla la esclavitud y la explotación. Mientras tanto, cientos de obreros quedaron en la calle, despedidos y los quieren conformar con planes Trabajar y subsidios de hambre, dejándolos como reserva de mano de obra para así hundir el salario de todos los trabajadores. Ese es el plan de guerra de la patronal y su gobierno. Los trabajadores del Casino tenemos que aprender de ello.
Perdimos una gran oportunidad. El 1 de noviembre, más de 80 organizaciones obreras se habían reunido en el Bauen, cuando el SOIP ya había lanzado su llamado a coordinar. En esa reunión, las direcciones de esas organizaciones obreras adujeron que “no había condiciones” para centralizar el combate y coordinar la lucha. Si hubiera sido realmente así, al menos tendrían que haberles dicho la verdad a los trabajadores: que las únicas condiciones que había eran para la derrota y la represión. Pero no es así: nunca la derrota está determinada de antemano; el resultado siempre depende del combate.
Así, los obreros del SOIP, del Casino y todos los que están luchando quedaron aislados y divididos, y sobre ellos se concentraron todas las fuerzas centralizadas de la patronal, el gobierno y la burocracia sindical, para derrotarlos.
¡BASTA! ¡Basta de pelear divididos, basta de echarle la culpa a la base obrera diciendo que “no hay condiciones” para centralizar el combate de los trabajadores argentinos! Lo que no hay son dirigentes que quieran hacerlo. Porque las condiciones se conquistan. Porque para triunfar, en primer lugar, no hay que confiar un milímetro en los enemigos de los trabajadores, ya sea que tengan uniforme, chapa de diputados, traje y corbata de ministros o jueces. Ellos son todos enemigos de los trabajadores. Los obreros jamás conseguimos ninguna conquista de la mano de ministros, jueces o diputados: desde hace ya dos siglos, sólo las conseguimos luchando.
Estamos a tiempo, pero desgraciadamente, en peores condiciones hoy, para coordinar a los que luchan, no por responsabilidad de la base obrera, sino de las corrientes de la izquierda reformista cuyos propios militantes pagan muy cara y con sus huesos inclusive, esta política de conciliación que sostienen, en momentos en que la patronal y el gobierno han declarado una guerra abierta contra los trabajadores porque necesitan imponer la “paz social” para que el kirchnerato y la patronal continúen esclavizando a los trabajadores.
El plan de guerra de los explotadores y de todos sus personeros es aislar las luchas, y reventarlas y derrotarlas una por una. Estamos a tiempo de responder a la altura del ataque: pero para ello, hay que cambiar el carácter de nuestra pelea. Hay que reunir ya a todas las organizaciones que, aisladas, resisten el ataque del gobierno, como los marineros de Puerto Deseado que están siendo procesados por la justicia, mientras la misma patota del SOMU que tomó el Casino a punta de pistola, actúa como testigo de cargo contra ellos. Hay que coordinar a los trabajadores del SOIP que ahora perdieron su sindicato, con los trabajadores del pescado de Comodoro Rivadavia que están siendo despedidos en masa por atreverse a enfrentar la conciliación obligatoria de Tomada y por enfrentar a la burocracia sindical.
Es hora de centralizar la resistencia y la lucha de los trabajadores, de coordinar y unificar a los obreros de la textil Pagoda de San Luis que recuperaron la comisión interna para los trabajadores, con los de la textil Mafisa de La Plata que sufrieron más de 100 despidos, con los trabajadores agrícolas que en Mendoza, al igual que los del SOIP, se levantaron contra el trabajo en negro; con los trabajadores del Hospital Francés que defienden su puestos de trabajo, con los del Indec que son atacados por enfrentar la farsa de las estadísticas de los Kirchner y la patronal.
SI estas luchas son derrotadas, la patronal y el gobierno vendrán luego a por todos, y se crearán las condiciones para que todas las organizaciones obreras arrebatadas a la burocracia sindical, pierdan sus conquistas. ¡No podemos permitirlo!

¡Comité de lucha nacional ya!
para centralizar la resistencia y parar el ataque de la patronal, el gobierno, sus jueces, el ministro de trabajo y la burocracia sindical

Lo que ansían y necesitan los trabajadores del Casino, del SOIP y todos los que están luchando, es una acción contundente de masas. Pero la condición para lograrla es la más total y absoluta independencia de las organizaciones de lucha de los trabajadores. ¡Ninguna confianza en los papeles sin valor de Tomada, en las promesas de los jueces, en la cháchara de los diputados, que luego se transforman en el garrote de la gendarmería y la prefectura!
La patronal y la burocracia sindical están cebadas contra los trabajadores. Están necesitando que los trabajadores les demos, de una vez por todas, un escarmiento a ellos. En el Casino, ¡no pasarán ni pueden pasar! Llegó la hora de ponerles el pie en el pecho, y que se arrodillen la patronal y la burocracia. Y esta no es una tarea para abogados, litigios, fallos, dictámenes, actas, y demás versos, ni para incautos que, cuando los trabajadores ya están presos y con la cabeza rota por la represión, sólo atinan a preguntar “¿Quién dio la orden, quién dio la orden?”. Esta es una tarea para los trabajadores y sus organizaciones de lucha. Y en todo caso, fallos favorables sólo vendrán para los trabajadores como subproducto de las luchas heroicas que aún nos han impedido realizar. ¡Esto hay que decirles a los trabajadores en lucha!
Llegó la hora de que las 80 organizaciones obreras que se reunieron en el Bauen el 1/11, pongan todas sus fuerzas al servicio de que con paros, piquetes, comités de autodefensa y con una acción de masas, recuperemos el Casino para los trabajadores. Esta es la única solución.
La patronal, luego de la feroz represión, busca que los trabajadores, en el ministerio de trabajo, firmemos la rendición. ¡No podemos permitirlo! ¡Comité de lucha nacional ya, y a recuperar el Casino! Si los diputados quieren venir, ¡que vengan a ponerse a la cabeza en un puesto de lucha, y subordinados a las decisiones y acciones de los huelguistas!
Estamos a tiempo: miles de trabajadores hierven de odio por la represión contra los compañeros del Casino. Hace falta una acción contundente de masas para arrodillar a los explotadores y derrotar a los traidores y pistoleros de la burocracia sindical. Las condiciones para ello SE CONQUISTAN. No podemos perder un minuto más. El ataque de la patronal y el gobierno ya está acá. Los luchadores de Las Heras y José Villalba siguen presos como rehenes de la patronal y el gobierno, y los trabajadores debemos arrancarlos de la cárcel. ¡No hay tiempo que perder!: los trabajadores tenemos que responder a la altura de ese ataque.

¡La liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos!

 

5/12/07
Democracia Obrera